A el primer amor todo se le perdona, el primer amor es eterno, puro e inocente. Donde se entrega el alma sin prejuicios. Donde se quiere incondicionalmente a pesar de las dificultades. Y de donde se aprende a querer para el resto de la vida. Es tan perfecto que nunca vemos sus defectos. Ni con 1000 años se olvidaría. Porque ese primer amor nunca se olvida. Se mantiene ahi, fuerte, perpetuo, constante. Tal vez solo como un recuerdo. Muchas veces hasta olvidamos a la persona, pero lo que nunca olvidamos es aquel sentimiento que permaneció en nuestros corazón por largos años. Este sentimiento se mantiene aunque no lo queramos. Todos recordamos el primer amor, unos con un desenlace feliz y otros trágico.